El cuarto de baño es una estancia curiosa puesto que no suele aumentar su tamaño cuando aumenta el de la casa. En la gran mayoría de los casos se opta por aumentar el número de cuartos de baño no su tamaño.
Desde el punto de vista de la decoración e iluminación, esta circunstancia no facilita las cosas, porque cuanto más grande es la casa, más pequeños parecen los baños. Como norma sencilla, la luz del baño debería estar sobre el espejo y centrada sobre el lavamanos para evitar que se hagan sombras sobre la cara. Si tenemos dos lavamanos, es obligado montar una lámpara sobre cada uno de ellos.
La única complicación que habitualmente recomendamos es montar dos lamparas a izquierda y derecha del espejo, pero sólo si la anchura de éste es inferior a unos ochenta centímetros. Si es mayor, las sombras y la pérdida de luz resultan inaceptables. La altura al suelo deberá ser la de la cara de las personas más altas que lo utilicen.
Combinando los dos sistemas, podemos montar una lámpara halógena o una lámpara de LED sobre el espejo, enfocando hacia abajo y una lámpara fluorescente a cada lado. La de encima iluminará con una buena intensidad las superficies horizontales, el lavamanos y el suelo.Las lámparas fluorescentes permitirán visualizar la cara con todo detalle y aportarán a la estancia una cierta luz ambiental.
Un refinamiento de escaso coste y casi obligado es el montar dos interruptores independientes para cada tipo de lámpara. Hay personas que no soportan la luz fluorescente, a otros les disgusta la halógena, en otros casos, es la suma de tanta luz lo que puede resultar inapropiado. Instalando dos mandos se solucionan todos estos problemas.