ILUMINACION GENERAL DE UNA ESTANCIA
Lo primero es recordar que los colores claros en las paredes facilitan enormemente la iluminación, porque reducen la cantidad de luz requerida y, lo que es más importante, no alteran el color de la luz que reciben cuando la devuelven. Si consideramos estancias en las que se usa siempre la luz artificial, el blanco puro es el mejor color para las paredes y para buena parte de los muebles ya que el color que finalmente resulte lo podemos obtener jugando con diferentes bombillas: incandescentes, halógenas , fluorescentes o de LED.
Cada una de ellas se divide en una docena de variantes de tono de luz que van desde el moreno más tostado hasta un blanco azulado rabioso que resulta hiriente para los ojos. Y aquí hablamos sólo de las que se encuentran en los almacenes de bricolage normales. Si visitáramos tiendas de lámparas especializadas, encontraríamos centenares de tonos y colores diferentes.
LA POTENCIA DE LAS LAMPARAS
Normalmente será uniforme sobre las superficies horizontales. Esto es lo más práctico pero tiene escaso impacto visual. Se consigue facilmente repartiendo focos encastrados por el techo.
En el caso de la iluminación no uniforme, se usan focos más potentes que los anteriores pero más espaciados para que al incidir sobre las superficies horizontales no se solapen.