También llamado disyuntor por corriente diferencial. Su disparo provoca el corte de la corriente eléctrica. En la gran mayoría de los casos, no reside en él la avería, sino en cualquier punto imaginable de la instalación eléctrica dentro de nuestro hogar.

El interruptor diferencial lleva la contabilidad de que toda la electricidad que entra a nuestra vivienda por el cable azul, salga por el cable negro. En instalaciones más sofisticadas hay más de dos cables pero el concepto de que se lleva una contabilidad es básicamente el mismo. Los colores azul y negro los hemos puesto sólo como ejemplo, y también hay que recordar que entre 50 y 60 veces por segundo se alternan en cuanto a actuar de entrada y de salida.

Cuando el descuadre entre la electricidad entrante y saliente es de más de 30 miliamperios, el sistema supone que esa electicidad está viajando hacia el suelo a través del cuerpo de una persona y corta el suministro eléctrico.

Tiene la ventaja de que elimina casi todas las ocasiones de que una persona se electrocute, pero el inconveniente de que esa fuga se puede producir en cualquier punto de la instalación o de un aparato enchufado a ella y automáticamente supondrá un corte de la corriente.

Este problema es muy desagradable. La interrupción del suministro eléctrico cuando no estamos en casa puede suponer que se deterioren los alimentos almacenados en la nevera, los congelados se dañan especialmente. Los equipos eléctricos se desprograman, si no tienen una batería de respaldo, la lista de molestias sería interminable. El interruptor diferencial acostumbra a estar emplazado junto a los limitadores magnetotérmicos y es fácil de reconocer porque lleva instalado un pequeño botón pulsador con la inscripción "test".

Como su nombre sugiere, el pulsador sirve para comprobar su buen funcionamiento.

El primer paso para solucionarlo es desconectar todos los interruptores magnetotérmicos. Cada uno de ellos controla una parte de nuestra instalacíón de modo que al reconectarlos uno a uno, cuando salte el interruptor diferencial sabremos en qué parte de la instalación está el problema. En esa parte desenchufaremos todos los aparatos, empezando por los que sean más fáciles. Los reconectaremos después, uno a uno, y el que haga saltar el diferencial será el que hemos de revisar.

El problema es más desagradable cuando la avería está en la instalación empotrada en las paredes de la casa, lo que normalmente nos obligará a llamar a un reparador profesional. Mientras esperemos la reparación, esa parte de la casa permanecerá necesariamente desconectada.

Peor aun es la avería intermitente, que se produce durante apenas un segundo, lo suficiente para hacer saltar el interruptor diferencial, y después desaparece durante muchas horas. En la práctica, ésto es tan frecuente que se llegan a comercializar interruptores diferenciales que se rearman solos al comprobar que la causa que los disparó ha desaparecido