Un interruptor eléctrico conmutado tiene el mismo aspecto que un interruptor sencillo, pero su interior es diferente al llevar tres tornillos de conexión. En su versión más sencilla, permite encender o apagar una lámpara desde dos puntos diferentes de una casa, alejados entre si todo lo que sea necesario. Una instalación conmutada normal se compone de dos interruptores conmutados con tres contactos cada uno.
De esos tres contactos hay uno especial, conocido coloquialmente como el "padre", y dos "hijos" que son iguales entre si a todos los efectos prácticos del cableado.
A una instalación eléctrica típica, como es la de una lámpara, llegan dos cables:
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el cable de fase o vivo , normalmente marrón o azul por el que entra la corriente al circuito. En nuestro gráfico está representado por una L que es la inicial de la palabra "vivo" en inglés.
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el cable neutro N normalmente de color negro, por el que la convención establecida nos dice que retorna la corriente a la red pública.

Nosotros conectaremos el cable L al borne padre del primer interruptor. Desde allí dos cables iguales , de color idealmente blanco, viajarán superpuestos o empotrados por la pared hasta conectarse en los dos bornes hijo del otro interruptor conmutado. Hemos visto antes que no hay aquí prioridades de conexión, los dos cables y los dos bornes hijo son indiferentes.
Desde el borne padre de este segundo interruptor conmutado un nuevo cable marrón L llevará la corriente hasta la lámpara.
El cable neutro L ya viajaba directamente desde la línea hasta la lámpara y no ha pasado en ningún momento por los interruptores conmutados. En una fecha próxima veremos como se pueden añadir interruptores conmutados adicionales entre estos dos principales.